Lávate el cabello tres veces por semana. Si te lavas el cabello todos los días, corres el riesgo de resecarlo, lo que ralentizará su crecimiento. Lavarse el cabello con champú tres veces por semana es suficiente para mantener el cabello y el cuero cabelludo limpios. Otros días, puedes simplemente mojar tu cabello con agua y luego aplicar acondicionador (sin champú).
Seca tu cabello con una toalla de microfibra en lugar de una normal. Cuando te secas el cabello con una toalla normal, se rompe y se adhiere al material duro. Por eso, es mejor utilizar una toalla de microfibra diseñada específicamente para secar el cabello, o incluso una camiseta vieja.
Córtate el cabello entre 1 y 1,5 cm cada dos o tres meses. Si descuidas las puntas de tu cabello durante demasiado tiempo, comenzará a partirse. Las puntas abiertas pueden hacer que el cabello se parta más hacia las raíces, lo que daña su estructura y ralentiza el crecimiento. Recorta las puntas de tu cabello periódicamente para ayudarlo a crecer más rápido.