Despertarse por la mañana siempre va asociado a somnolencia e incluso a cierta pereza. Para animarse, algunas personas se preparan inmediatamente un café aromático, otras empiezan el día dándose una ducha. Y sólo unos pocos se despiertan con ejercicios matutinos. Como muestra la práctica, son aquellos que tonifican el cuerpo con ejercicio físico los que rápidamente cambian al modo activo.
¿Alguna vez has notado cuántas personas están de mal humor por la mañana? Una de las razones de esta condición es la hipocinesia. Es decir, en ausencia de actividad física. Nada sorprendente. Los músculos entrenados envían una cantidad suficiente de impulsos al cerebro, gracias a los cuales se sintoniza activamente con un estado de ánimo de trabajo.
¿Por qué hacer ejercicio cuando puedes animarte con una taza de café? Pobre de mí. Esto está mal. Una bebida aromática no aportará la energía y la positividad que darán los ejercicios matutinos.
El ejercicio implica una serie de ejercicios sencillos cuyo objetivo es calentar los músculos y ejercitar las articulaciones. El ejercicio físico matutino no conlleva ningún estrés excesivo. Y por tanto no provoca sensación de fatiga ni dolor.